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Energía Solar Térmica
Un sistema solar térmico capta la energía de la radiación solar y la transforma en calor. Este calor, puede utilizarse como tal, en aplicaciones de suministro de agua caliente sanitaria, calefacción o climatización de piscinas. Esto supone un ahorro directo en la factura de consumo y reduce las emisiones de CO2.
El sol calienta los tubos del captador solar, los cuales a su vez calientan el fluido que hay en su interior. Este fluido entrega su energía el agua contenida en un acumulador diseñado para tal efecto y esta agua es la que se utiliza para el suministro de ACS, calefacción o climatización de piscinas. Actualmente, hospitales, polideportivos, hoteles y otras edificaciones con gran consumo de agua caliente están instalando este tipo de energía.
El sol es una fuente inagotable de energía. Los sistemas solares térmicos actuales permiten cubrir el 65-70% del consumo anual de energía para agua caliente de una familia media, consiguiendo así un ahorro importante en la factura de gas, gasoil o electricidad. Además, existen subvenciones de hasta el 65% de la inversión. Por otra parte, la energía solar no emite CO2 ni emisiones tóxicas y su instalación es totalmente segura e inocua para la salud.
La legislación española actual, a través del Código Técnico de la Edificación, obliga a cubrir una parte importante de la demanda energética de ACS mediante la aportación del sistema solar térmico con valores entre el 30 y el 70%, según la zona climática y el volumen de consumo. Para edificios de viviendas se suelen instalar de media entre 1,5 y 2 m2 de paneles por vivienda, dependiendo de parámetros tales como la superficie disponible, zona geográfica, etc. Así, instalando 2 m2 de paneles solares en la vivienda se pueden suministrar un 60% de las necesidades de ACS de una familia.