El Protocolo de Kioto
El Protocolo de Kioto vio la luz en diciembre de 1997, en la tercera Conferencia de las Partes celebrada en Kioto (Japón) y está inscrito dentro del Convenio Marco de la ONU sobre el cambio climático.
El objetivo final del Protocolo es establecer acuerdos, normas y mecanismos para conseguir que el calentamiento global de la Tierra no supere los 2º C.
La principal consecuencia del Protocolo es el compromiso por parte de todos los países que lo hayan ratificado, de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en el periodo 2008 – 2012 como mínimo en un 5 %,
respecto de los datos de 1990, con objetivos particulares pada cada país. La UE(15) ratifico el Protocolo en el año 2002 y se comprometió a reducir un 8 % sus emisiones, quedando repartido este objetivo entre los diferentes países según se muestra en la tabla de la derecha.
Para conseguir el objetivo, los Estados miembros pueden comprar y vender derechos de emisión en un mercado creado para tal efecto.
También se pueden transferir tecnologías limpias a países en desarrollo mediante proyectos de reducción y así obtener Certificados de Reducción, en lo que comúnmente se denomina como Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).
Igual que el MDL, pero entre países industrializados está el Mecanismo de Aplicación Conjunta (AC).
Según el informe de la Comisión Europea “Progress towards achieving the Kioto objectives”, divulgado en octubre del 2010, a pesar de haber reducido las emisiones en más de un 20 % desde el nivel máximo (52% en 2006), España será el país europeo que más dinero tendrá que poner para comprar derechos de emisión que compensen el exceso de emisiones.
Estima que la cantidad a pagar por incumplimiento será de 638 millones de euros.
Es importante mencionar que ni EEUU ni China, los dos países que más contaminan sumando entre ambos casi el 50 % de todas las emisiones mundiales, han ratificado el Protocolo ya que consideran que ello perjudicaría sus economías.
El futuro del Protocolo es incierto ya que el compromiso expira en el 2012 y todavía no hay acuerdo para prorrogarlo. EEUU, China e India se niegan a comprometerse y otros países como Canadá, Japón y Rusia no están dispuestos a renovar su compromiso a menos que lo realicen todos los países.